Lo cierto es que durante toda su vida había sufrido problemas de sobrepeso, pero hubo un punto en su vida en el que la situación se le fue de las manos. Mayra llegó a pesar 466 kilos, casi media tonelada.
Durante ese periodo tan oscuro de su vida tuvo que renunciar a su propia independencia, pues su estructura ósea no podía sostenerla teniendo ese peso. Así que durante parte de su vida tuvo que ser asistida para realizar labores tan cotidianas como la de asearse.
Pero llegó un punto en el que la propia Mayra dijo basta; la situación era tan extrema que para desplazarse hasta el hospital necesitaba a un equipo entero. Así que se sometió a una cirugía y empezó a tomar el control de su vida. Con ello logró bajar hasta los 96 kilogramos. Su caso es un verdadero ejemplo de voluntad.
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